Aunque hable poco de ella, tengo que confesarles que me encanta la traducción jurídica. ¿Qué quieren que les diga? Yo la encuentro apasionante. Vale que no es la repanocha y que pocas veces es en sí misma divertida. Para mí la diversión está en el proceso, que es como hacer un crucigrama: vas desempaquetando la información hasta obtener unidades de significado sencillas y entonces las vuelves a condensar siguiendo los convencionalismos de la lengua española.
Por esa razón me he apuntado a un curso de traducción jurídica on-line los viernes por la tarde (sí, lo sé, me tiene que gustar muchísimo como para darle los viernes por la tarde, pero es que no había otro horario que me encajara). El taller-chat se imparte desde Málaga a cargo de una abogada especialista en cursos de derecho y traducción jurídica para traductores, Lola Gamboa.
Hacer un curso on-line no es moco de pavo, oigan. Para empezar porque se necesita una constancia y una dedicación que a mí me cuestan.
Este viernes pasado (en realidad hará ya como tres) tradujimos un texto muy general sobre las diferencias entre la profesión del solicitor y del barrister. Muy sencillo, para qué les voy a engañar, pero también es verdad que era un texto "de calentamiento".
De todos modos les diré que se nota que Lola, la profesora, no viene del campo de la traducción, y es que no presta tanta atención a la tipografía textual, por ejemplo, como a la efectividad de la actividad translatoria en sí; y, cuando alguna compañera del grupo propone mantener comillas a lo largo de todo el texto en solicitor y barrister Lola, políticamente correcta donde las haya, tarda unos segundos en escribir y en vez de decirle algo como:
-Vamos a ver cielo, ¿desde cuándo los extranjerismos se marcan con comillas? ¿A ti nadie te ha enseñado a usar cursivas? Nula, más que nula.
Pues en vez de decirle algo así dice:
-Mujer, igual podría funcionar, lo único es que tanta comilla por el texto puede ser engorroso de leer ¿no crees? Yo no las usaría, pero vamos, haz lo que quieras.
Si es que el acercamiento es diferente, desde el derecho, y se nota. Y la verdad es que de tanto en tanto estar con los profesionales del derecho es más que positivo para los traductores. Llámenme purista si quieren, pero a mí me pone una alumna unas comillas y le parto la boca ésa llena de dientes que tiene. Pero de todos modos se agradecen enfoques diferentes, y me refiero a los de Gamboa, no a los de la licenciada en TeI, porque a veces nos centramos en lo "lingüísticamente correcto" y nos olvidamos del mundo real. Y ahí está Gamboa, para darnos una dosis de realismo. Y me gusta.
Les dejo con una foto suya. Que la disfruten.
5 comentarios:
Passive-aggressive much??
Por cierto Rorris antes que alguien se te eche al cuello por criticar, "esa nula", el "esa" no lleva acento. :** (¡sin acritud, sabes que me encanta este blog y que me encantas tú <3!)
Y por otra parte, completamente de acuerdo. Da pena cómo no se consideran importantes ciertas partes de la lengua que son esenciales.
Corregido. Gracias.
¡No había visto este post! Mil gracias por tu valoración positiva de mi labor. No conocía tu blog, me lo apunto y le doy difusión en las redes. Un abrazo desde Málaga.
Gracias Lola, la verdad es que ya hace un par de años del curso en cuestión pero sigo recordando lo interesante que me pareció. A ver si nos volvemos a encontrar en otro curso on-line, o incluso en la vida real. Un abrazo.
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