miércoles, 29 de febrero de 2012

Define amarillo



Recuerdo el día en que en la clase de Terminología estudiamos la definición como concepto de estudio, con Arntz y Picht y los demás. La verdad es que tampoco presté demasiada atención, pero desde luego no me pareció fácil en absoluto. Definir es acotar, y aunque parezca fácil en realidad no lo es tanto. 

Porque lo correcto en una definición cambia según a quién vaya dirigida, según a qué tipo de diccionario nos refiramos. Y para eso tenemos cinco reglas básicas que, la próxima vez que hagamos un diccionario, podremos utilizar y dejar a las gentes muertas en la bañera con el secador en la mano con nuestra forma de definir.

Regla 1: La definición debe indicar los atributos esenciales de la especie. Lo que significa que no mencionaremos de un "perro" el hecho de que come y bebe (porque no es esencial) pero hablando de "zapato" sí tendremos obligatoriamente que mencionar su función por encima de su forma, algo que no es esencial

Regla 2: La definición no debe ser circular, como le pasa al señor de arriba.

Regla 3: La definición no debe ser demasiado amplia ni demasiado estrecha, así que ni definiremos "manzana" como "fruta roja y rendonda", porque de manzanas hay amarillas y verdes ni definiremos, como le pasó a los sucesores de Platón en la Academia de Atenas que se quedaron más a gusto que nadie al definir "hombre" como "bípedo implume", hasta que llegó Diógenes y les lanzó a los pies un pollo desplumado. Esto es cierto.

Regla 4: La definición no debe formularse en un lenguaje ambiguo, oscuro o figurado. Y es que no es elegante, ni adecuado para legos como un servidor, definir "red" como "cualquier cosa hecha con vacuidades intersticiales" porque me deja que ni frío ni calor, vaya.

Regla 5: La definición no debe ser negativa, cuando puede ser afirmativa; y es que una definición debe decirnos lo que significa algo, no lo que no significa.

Y ustedes dirán: Mmm sí, claro, pues aplícate la regla cinco, majo, y dinos cómo definir en vez de cómo no definir. Y la verdad es que tienen razón, así que les paso este ppt que hay por la red que la verdad es que está muy bien y es bastante accesible.

Eso sí, para definiciones no hay nada mejor que el prólogo al Diccionario Clave de uso del español actual, escrito, el prólogo, claro, por García Marquez:

(...) Nunca vi el diccionario como un libro de estudio, gordo y sabio, sino como un juguete para toda la vida. Sobre todo desde que se me ocurrió buscar la palabra amarillo, que estaba descrita de este modo simple: del color del limón. Quedé en las tinieblas, pues en las América el limón es de color verde. El desconcierto aumentó cuando leí los versos de Lorca: En la mitad del camino cortó limones redondos y los fue tirando al agua hasta que la puso de oro. Sólo a los veintitantos años, cuando fui a Europa, descubrí que, en efecto, los limones son amarillos. Para entonces ya había hecho un rastreo a través de otros diccionarios. El Larousse y el Vox se sirvieron también de las referencias del limón, pero sólo María Moliner hizo la precisión implícita de que el color amarillo no es el de todo el limón sino sólo el de su cáscara. Pero ella había sacrificado la poesía del Diccionario de Autoridades, que en 1726 describió el amarillo con un candor lírico: color que imita el del oro cuando es subido, y a la flor de la retama cuando es bajo y amortiguado. Todos los diccionarios juntos, por supuesto, no le daban a los tobillos al más antiguo, compuesto en 1611 por don Sebastián Covarrubias, que había ido más lejos que ninguno en propiedad e inspiración para identificar el amarillo: entre las colores se tiene por el más infelice, por ser el de la muerte y de la larga y peligrosa enfermedad, y la color de los enamorados. (...)


lunes, 20 de febrero de 2012

¿Sabes más ortografía que un policía canario?


Hoy les traigo un juego, va, que es lunes. Les reto a leer las frases que les pego abajo y que me encuentren 47 faltas de ortografía en menos de diez minutos. Les cuento al final.

1) El informe sobre la xenofobia en Europa se ha echo de forma muy exaustiva.

2) Entre los objetos estraviados se hayan, sobretodo, carteras y llaves.

3) La policía aprendió tres kilos de heroína, que fueron hallados en el escondite rebelado por el detenido.

4) El delito fue cometido por un hombre de complección fuerte, por que sino no hubiera podido derribar la puerta.

5) Las personas que acrediten haber tenido experiencia en el sector están exentas de realizar esta prueba.

6) Es necesario recavar mucha más información a cerca del suseso acaecido.

7) La cámara de seguridad gravó el momento en el que el fugitivo saltó la vaya.

8) El ayuntamiento va ha hacer un parque en esa basta esplanada.

9) Hay fué donde se produjo el accidente por exeso de velocidad.

10) Este año podría a ver más deshaucios que el anterior.

11) Me pidió explicaciones acerca de porqué yo había desecho su equipaje.

12) Aunque había infrinjido la ley, el juez tubo que absolberlo por falta de pruebas.

13) Tras permanecer callado entorno a una hora, admitió que había extorcionado a varias familias.

14) Se a detectado un grabe problema que debe ser resuelto cuanto antes.

15) El cónyugue conoció los hechos através de la prensa.

16) Aun se haya bajo los efectos de la anestesia.

17) A parte de ti, no conozco a nadie mas que halla podido hurgar en mis cosas.

18) Hizo hincapié en que no podíamos deshechar ninguna pista.

19) La persona requiriente ha de preveer las pruebas que le serán solicitadas.

20) La falta de coheción avocó al grupo a la escisión.

21) La exuberante vegetación del país mantiene ocultos los vestigios de las antigüas civilizaciones.

22) El hecho de terjiversar las palabras de los demás forma parte de su idiosincracia.


¿Fácil? ¿difícil? ¿viceversa? Pues bien, esto que acaban ustedes de hacer es ni más ni menos que la prueba de ortografía para las oposiciones de Policía Local de Canarias. 

¿Y quieren saber algo más? Pues bien, más de ciento sesenta, esto es, 160, de los opositores fueron suspendidos por no ser capaces de detectar los fallos. De hecho sólo treinta pasaron la prueba en cuestión.

Al margen de la dificultad de la prueba, o del hecho de que sean canarios, asturianos o extremeños, a mí lo que me preocupa es otra cosa.  Tengamos en cuenta los últimos datos sobre el analfabetismo funcional en España, que ronda el 29% ya. Esto es casi tres de cada diez, señores. Según la OCDE (1997), un analfabeto funcional es toda persona que carece de la capacidad para leer y escribir, de forma adecuada, respecto a las exigencias más fundamentales de la sociedad moderna. Vamos, que no puede comprender y mucho menos usar información impresa para sus actividades más básicas, como hacer las cosas de casa, el trabajo, o la comunidad.

Lo vemos todos los días, en la televisión, en prensa, en gente que ha pasado por la universidad y se ha especializado en algo relacionado con su lengua. ¿Cómo habla un periodista deportivo, por ejemplo?

Una patada, escucho un día, se da “sobre el delantero centro” en vez de “al delantero centro”. Y en baloncesto, un equipo gana “de tantos puntos” en vez de “por tantos puntos”. Y la que más me gusta, cuando se ha perdido tiempo en un partido de fútbol el árbitro añade algo más de tiempo de los noventa minutos de rigor. Y si se añade: ¿Cómo es que es “tiempo de descuento”?

Y esto es gracioso porque es anecdótico, pero lo que hay detrás de miedo. Nuestros gobernantes impulsan y se llenan esa boca llena de dientes que tienen hablando de la enseñanza bilingüe (con inglés, que con otras lenguas es un ataque a la Nación y cosas de masones) pero ¿para qué? Si no sabemos ni hablar la nuestra.

Les dejo con la reacción de los opositores.

viernes, 17 de febrero de 2012

De amores varios

Formas de decir te quiero hay muchas y no todas pasan por el uso de la palabra

1) Dígaselo con puntitos...


Dice I love you, por cierto
...y es que el braille, un sistema de lectura y escritura pensado para personas ciegas, es un medio de comunicación tan estupendo como cualquier otro para decir lo que sentimos. El invento se lo debemos al francés Louis Braille, que cuando era pequeño, allá por el siglo XIX, se quedó ciego en un accidente mientras jugaba en el taller de su padre.







2) A la matemática (y de dos formas)

Porque si despejamos la "i" de esta ecuación:

9x-7i > 3(3x-7u)

9x-7i > 9x-21u

-7i > -21u

i < 3u , osea que "i" es menor que "3u" o lo que es lo mismo --> i <3 u

[el signo pasa a su inverso por multiplicar por número negativo, vaya]


O si les parece una ecuación muy fácil, o si son más de las cosas complejas, también pueden proponerse hacer una representación gráfica de esto:

sqrt(cos(x))*cos(300x)+sqrt(abs(x))-0.7)*(4-x*x)^0.01, sqrt(6-x^2), -sqrt(6-x^2) from -4.5 to 4.5

o mejor pónganlo en Google que tiene un hacedor de gráficas:






3) Hay 10 tipos de personas, 

0111010000100111011001010111001101110100011010010110110101100101

[esta vez es t'estime]

4) Porque hay veces que las palabras sobran, ¿no?




Lo que siempre me sorprenderá del lenguaje de sordos es que el valenciano sea un dialecto del español y no del catalán. Y me permitirán que me haga un poco de autobombo y les enseñe otro vídeo con lenguaje de signos, que estamos en San Valentín.

Visto lo visto, quizá no necesitemos tanto de las palabras cálidas de las que habla Grijelmo para decir cosas bonitas en un día como hoy.

Gracias por llegar hasta aquý y, eso sí, les recomiendo el post del amor del año pasado, que es así como picantón :)

Feliz San Valentín

sábado, 11 de febrero de 2012

De estanque en calma


La gran mayoría de estudios sobre la traducción son sobre la traducción literaria. Y no me extraña, la verdad, porque desde mi punto de vista lego pocas cosas me fascinan y me aterran a la misma vez como lo hace la literaria.

El otro día, en clase de máster, una compañera dijo que ella, frente a la traducción literaria, se dedicaba a la "traducción especializada". Como si la de la literatura no lo fuera. Como si el traductor literario no tuviera que saber literatura para traducir, ni tener unas aptitudes tremendas respecto al funcionamiento de los textos -literarios-.

Porque yo les soy sincero, la lista de problemas de la literaria no acaba nunca: sobrecarga estética (estilo, connotaciones, metáforas) idiolectos (no ya de los personajes sino que antes de nada el idiolecto del autor), la diacronía, la diatopía o la diacultura que llegan cuando menos te lo esperas y salpican el texto de forma caprichosa. Al traductor literario le llueven flechas por todos los lados: por la forma, por el contenido lingüístico, por el efecto en el lector, etc.

Dicen que está mal pagada, que es la más barata y que de una patada salen cinco traductores literarios dispuestos a jugar al taumaturgo interlingüista. Y qué.

Y aun así me pregunto por la más literaria de las traducciones, la de la poesía, que Etkind (1982) califica de “sistema de conflictos”, y con razón, sobre todo si nos ponemos a pensar que, a todo lo anterior, hay que sumarle cosas como el ritmo, la rima o la métrica.

Para este traductor ruso, existen seis acercamientos a la traducción de la poesía:



Traducción-información, en prosa y sin pretensiones
Traducción-interpretación, relacionada con estudios históricos y estéticos
Traducción-alusión, donde se rimaría ya algún verso pero no habría un criterio estético claro
Traducción-aproximación, con un programa estético parcial (se traduce la métrica pero no la rima, etc.)
Traducción-imitación, cuando el traductor es poeta y se expresa libremente
Traducción-recreación, la verdadera traducción poética para el autor, donde los límites son los límites estéticos del poeta-traductor



Y aunque yo sea un pesado, sigo preguntándome por el efecto de la poesía traducida en el lector


Te recuerdo cómo eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.



I remember you as you were last autumn.
You were the grey beret and the still heart.
In your eyes the flames of twilight fought on.
And the leaves fell on the water of your soul.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.



Clasping my arms like a climbing plant
the leaves garnered your voice, that was slow and at peace.
Bonfire of awe in which my thirst was burning.
Sweet blue hyacinth twisted over my soul.



Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.



I feel your eyes traveling, and the autumn is far off:
grey beret, voice of bird, heart like a house,
towards which my deep longings migrated
and my kisses fell, happy as embers.



Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.



Sky from a ship, Field from the hills:
Your memory is made of light, of smoke, of a still pond!
Beyond your eyes, farther on, the evenings were blazing.
Dry autumn leaves revolved in your soul.





Y aunque puedo argumentar que sí, que todo se traduce en esta vida, sigo pensando que hay algo, el espíritu del idioma o algo, que nunca podrá traducirse, porque el otoño de Chile, y con él sus hojas secas, girarán de otra forma en otros otoños o en otras almas. Porque las imágenes del poeta se mantienen: la mujer sigue siendo sosegada en inglés “boina gris”, “still heart”, “tu voz lenta y en calma”; y la tensión erótica es la misma “apegada a mis brazos” “my thirst was burning”.

La primera y la cuarta estrofa, a izquierda y a derecha, hablan desde el presente. La segunda se dedica a ella; la tercera, al poeta. Y sin embargo el poema.

Admiro mucho a los traductores literarios, no sé. Sus traducciones, al revés que las mías, están vivas. No tienen la precisión de un bisturí ni de un manual; no llevan una armadura de latinismos y disposiciones, ni van envueltas de frases de ocho líneas. No llevan treinta y siete caracteres ni entienden que el significado pueda tener las vallas de una pantalla.

Las traducciones literarias están vivas, son orgánicas, como las leyes, aunque las primeras te hagan volar y las segundas te traigan de vuelta a la tierra. Las traducciones literarias viven entre nosotros y rezuman nuestros hablares y, cuando las siguientes generaciones las toman, desprenden el olor a naftalina de los traductores que en su día ofrecían su producto fresco en librerías varias.

Admiro a los traductores literarios porque de no haber sido por ellos, los de antes y los de más antes, yo no habría estudiado traducción.

domingo, 5 de febrero de 2012

Un casse-dalle avec... Elisabeth Falomir -editora y traductora-

Valencia. Chocolatería Valor.






Re-belle: Cuéntame en qué trabajas en estos momentos

Elisabeth: Siempre ando con varios proyectos a la vez, siempre bicéfala: está mi cabeza de oficinista seria, que uso de lunes a viernes, como editora junior en Gadir Editorial, y la cabeza de traductora, que uso en ratos libres, por la noche y los fines de semana.

Así que en realidad no me da tiempo a aburrirme: piensa que las exigencias en una editorial pequeña son muy variadas (además de corregir y maquetar, me ocupo de la exportación a América Latina, la comercialización y el seguimiento de los libros en el mercado español y un poquito de comunicación y prensa) y en cambio la traducción es una actividad más tranquila, más solitaria, con la que desconecto de lo demás.

La mayoría de traducciones que he publicado han sido para la editorial en la que trabajo, que tiene un catálogo que me encanta y en la que incluso me permiten proponer textos: un verdadero lujo. No obstante, también he publicado traducciones de novelas juveniles en La Galera e incluso un pequeño volumen de ensayo sobre teoría postcolonial. 

R: ¿Y cuál es el libro con que más has disfrutado traduciendo?

E: Probablemente sea El Nilo: Cartas de Egipto, una pequeña selección de la correspondencia de Flaubert durante su viaje por Egipto en 1850. Fue toda una experiencia enfrentarme a un autor clásico de esta envergadura, y disfruté muchísimo con el proceso. Además el libro no tiene desperdicio. Le escribe a su madre, por ejemplo, diciéndole que todo es precioso, que comen muy bien y que le encanta el exotismo del país; y al mismos tiempo le escribe a los amigos para contarles que, entre otras cosas, ha visitado burdeles de la zona.  

R: Háblame de El fin de los libros, otro libro que has traducido

E: Es un opúsculo publicado por Octave Uzanne, un bibliófilo empedernido, en 1894. En él vaticina el final del libro impreso, por considerarlo poco práctico, ¡e incluso se anticipa a la invención del audiolibro! Resulta muy divertido asomarse a las reflexiones que Uzanne ofrecía ya a finales del XIX, porque el discurso sobre el soporte de la literatura sigue vigente hoy en día... 

R: Y hablando de los soportes de la literatura ¿qué opinas del libro electrónico?

E: No tengo e-reader, pero como soporte de lectura me parece fascinante por sus «pijaditas»: permite subrayar, añadir enlaces a fotos o vídeos, entresacar párrafos y guardarlos en un archivo o compartirlos en redes sociales... Creo que todo eso tiene sentido esencialmente para manuales técnicos o de filosofía, pero alguien que busque la lectura sin florituras añadidas no abandonará por completo el papel. Entiendo que haya opiniones encontradas y que los editores (e impresores) tradicionales lo perciban como una amenaza a la industria. Yo no comparto ese catastrofismo: de hecho, creo que en los tiempos de la autoedición, más que nunca, será cuando se haga relevante la figura de un editor que seleccione y proponga literatura de calidad entre la avanlacha de ebooks. 

R: Hablas de «pijaditas» respecto al lector, aunque el libro electrónico abre un abanico de posibilidades al escritor también...

E: En eso de las «pijaditas» sigo siendo escéptica: yo estoy a favor de que el autor se siente y escriba su texto, no que se convierta en un prestidigitador multimedia capaz de sacarse de la manga una trama floja y adornarla con fuegos artificiales. No me interesa el despliegue de las nuevas tecnologías. Seré una ingenua, pero creo que esa fórmula de entretenimiento palidece ante la verdadera literatura.

De todos modos este otoño leí una novela de A. Olmos publicada por la editorial Mondadori: Ejército enemigo. En ella se describe una escena pornográfica y, al acabar la narración, descrita de forma muy visual y acertada, se incluye una nota al pie con un enlace al vídeo. Pese a que existen las imágenes, os prometo que es más divertido leerlo que verlo en pantalla.

R: Dime, ¿cómo llegas a Gadir?

E: Me licencié en la UJI pero terminé la carrera en la Universidad Autónoma de Madrid gracias a una beca Séneca. Allí supe que Eduardo Becerra, un profesor de literatura hispanoamericana, estaba dirigiendo un máster de edición. Fue un curso tremendamento intenso y productivo. Yo tenia claro que me interesaba la edición literaria independiente: entré en Gadir para hacer prácticas y finalmente me quedé. 


R: Háblame más de tu máster

E: El máster de la UAM tiene un apartado práctico y otro teórico. El primero consistía en formar grupos y editar un libro durante el curso. Llevamos a cabo una antología de cuentos de terror de autores latinoamericanos del siglo XIX. Quedó muy bien, la verdad. Hay que tener en cuenta que trabajábamos con plazos razonables y la tranquilidad que da saber que no existe una presión comercial detrás. Eran condiciones ideales, pero permiten hacerse una idea muy precisa de lo que supone coordinar la publicación de un libro, de la A (selección de textos) a la Z (distribución y plan de marketing). El apartado teórico ofrecía una serie de ponencias a cargo de grandes nombres del mundo editorial que venían a hablarnos de algún aspecto concreto: gestión de derechos de autor, diseño gráfico, historia del libro, creación de catálogo y línea editorial, etc.

R: Y una última pregunta, dime, ¿qué estás traduciendo ahora?

Siempre ando con varios proyecto a la vez porque es inevitable que se me solapen… Ahora tengo entre manos la segunda parte de la correspondencia de Flaubert que mencionaba antes: las cartas relatan su vuelta a Francia pasando por Oriente Medio, Grecia e Italia. También estoy traduciendo una novela erótica muy recomendable para la editorial barcelonesa Melusina. No puedo dar más detalles, ¡pero es un libro fantástico que se publicará a lo largo del semestre!


Gracias Elisabeth por romper el hielo en re-belle :)


sábado, 4 de febrero de 2012

Nueva sección en re-belle: un casse-dalle avec...



Hoy a vengo a presentarles una nueva sección de re-belle; y es que desde hace tiempo me vengo interesando por las opiniones varias que puedan tener los demás sobre nuestra disciplina y lo que hacemos con nuestras vidas.

Me refiero a traductores, intérpretes, editores, dobladores, localizadores, etc. Y también estudiantes de traducción, amas de casa, abogados y otros usuarios de traducciones.

Cada mes intentaré poner el punto de vista de alguno de ellos; a ver si tengo suerte.

El nombre de la sección, "un casse-dalle avec..."

El primer casse-dalle mañana mismo :)