miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sobre la traducción subordinada

Muchos de ustedes me dicen que para reírse de los demás hay que empezar por reírse de uno mismo. Y, ¿saben qué? Que tienen razón. Porque a todo esto yo aún no les he hablado de mí y de mis circunstancias. ¡Unos dramas...! Sólo les diré que mi vida conjuga color y dolor, como las de todos ustedes (y si me dicen que no, mienten, igual que me mintieron a mí cuando en primero de carrera me dijeron que en TeI había mucha salida laboral).


Y no crean que es que tengo nada así jugoso que contarles, eh, porque hoy vengo a presentarles un vídeo de mí, sí, sí, como lo oyen, un vídeo en el que salgo cantando en una actividad de clase de Marta Renau, en mis tiempos de estudiante.


La canción, ya la verán ustedes cuando le den al PLAY, es una traducción hecha por un servidor del original en español al francés.


Y es que la traducción de canciones no es moco de pavo, oigan. Y no lo digo yo, que lo dice Rabadán, entre otras (nota del autor: Rabadán es una mujer, de nombre Rosa, por si acaso, como yo, pensaron en algún momento que era un hombre. Vean a tal respecto la "otra nota del autor", abajo.)


Y dice Rabadán (1991: 156-157) que:


La música moderna es un lenguaje universal y su difusión no se ve impedida por el elemento lingüístico extraño; sólo en determinadas ocasiones, algunas canciones o musicales, debido a su éxito, han sido traducidos para ser cantados por otros cantantes o grupos, o bien para ser cantados por el mismo cantante para abrir nuevos mercados.


Vamos que la música es como muy del sentimiento y que se nos puede poner la piel de punta lo mismo con un tango en español o en japonés.


Y además Rabadán diferencia entre lo que es la traducción de canciones modernas (canciones en general, señores, que miren que hay veces que a los traductólogos les gusta decir cosas raras) y la traducción de musicales y óperas (por la carga teatral que presentan, oigan). Esto es un poco más discutible, porque ¿dónde meto entonces las canciones de cantautores en las que también hay un carga emocional a nivel semático brutal? Piensen en el disco Serrat canta a los poetas, por ejemplo.


En la traducción de canciones para ser cantadas se conjuga el código lingüístico y el musical, con lo que el traductor ha de subordinar la traducción de ese código lingüístico a los compases musicales y crear sintonía entre música y texto. Y de ahí que, puestos a sacrificar uno, pues sacrifiquemos la letra y metamos tijeretazos a la canción para que Hips don´t like se convierta en Será será.


Ahí queda eso, señores. Y que sepan que todo eso lo hicimos en clase con la profesora Renau. Una maravilla, oigan. No saben lo que echo de menos sus clases.


Les animo a que traduzcan sus canciones favoritas, y ya me cuentan lo difícil que es eso de la traducción subordinada.


Y sí, este vídeo ya ha sido enviado a los Mohedano, que nunca se sabe de dónde va a sacarse uno el pan el día de mañana.


Nos vemos.


Nota del Autor (la segunda, qué sin vivir): He intentado subtitular el vídeo, pero como que no he podido. Soy bastante lego en estos temas. Y como diría mi abuela, lo siento pero no puedo llorar. Si a alguien le apetece yo gustosamente les paso las letras y demás.

Otra Nota del Autor: Si pensaba que Rabadán era un hombre no era por otra cosa sino porque al leer citas suyas nunca aparecía el "Rosa", con lo cual mi mente falocéntrica sumisa a esta sociedad falócrata en que vivimos me impulsó a pensar que era un hombre. Y por eso me fustigo lentamente. Me pasó con Nord, con Baker y con mil más, no se vayan a pensar, ni a confundirse.


martes, 23 de noviembre de 2010

Treballar





"s. XII; del ll. vg. *tripaliare 'torturar', der. de trĭpalium 'mena de cep o instrument de tortura', comp. de tres 'tres' i palus 'pal', pels elements que integraven l'instrument; la idea de patir tortura va contaminar la de laborar o obrar, i en plasmà pejorativament l'esforç que implica"


Es gracioso cómo evolucionan las palabras, de ésas que Grijelmo decía que venían en cerezas, de dos en dos agarradas por el rabito, como soltero y solitario, o acuerdo y acorde o sinistra y siniestra.


También es divertido pensar que libido está relacionada con la voz alemana liebe, la que da vida al amor. Y es que en las lenguas germanas el amor está relacionado con la ele. Love, en inglés, la alemana liebe, liefde, en holandés...


Todo esto viene del indeuropeo, no se crean, en concreto de la raíz *leubh: amar, desear, y de ahí a nuestra libido, un paso oigan.


Pero ¿y el amor, así, a la española? O a la francesa amour, o a la italiana... Pues bien, ésa es otra historia. La raíz del amor también está en el indoeuropeo, en *ma, madre.



Hay una coincidencia notable que se extiende a través de muchos idiomas de origen diverso, indicando que las palabras que designan a la madre, con una frecuencia que desafía las leyes de probabilidad, presentan una M . En lenguas remotas dentro del grupo indoeuropeo, como el hitita, el nombre de la diosa madre era mamma . Pero debemos pensar que la tendencia va más allá del indoeuropeo y se remonta probablemente a una lengua madre originaria. Em y Ab , en hebreo, significan respectivamente madre y padre. Paralelamente, encontramos muchi y fuchi en chino; en quechua, madre se dice ma ; en tupí-guaraní, amotá es amar, desear, amotó , pariente, y amú , hermana. Estos datos -a los que pueden agregarse muchos otros- parecen apuntar a la existencia de una lengua madre en la que se anudaría el indoeuropeo con otros grandes grupos lingüísticos y de donde derivarían ciertos gestos lingüísticos primordiales. El gesto de adelantar los labios para producir esta sonorante nasal se asocia sin dificultades con el acercamiento de la boca del niño al pezón materno. Es también el gesto necesario para el beso


¿Cómo se quedan? Yo que venía a hablarles de la tortura del trabajar y al final va y les publico una oda lingüística al amor. Si les interesa el tema les recomiendo este libro. Una maravilla, oigan.


Y poco más por hoy. No sé. Ya me dicen.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Premio Francisco Ayala de traducción



Queridos míos, déjenme que les haga otro anuncio corto, igual de corto que el que les incluía ayer. Sé que queda ya muy poco tiempo, pero a la vez se que los traductores que leen este blog

  1. Lo leen a diario, con lo que la convocatoria les llegará hoy mismo a sus casas y


  2. Son traductores de garra, de esos que se ponen a traducir que es no parar, oigan

Así que sin darles más vueltas les presento la sexta convocatoria del premio Francisco Ayala de traducción. Pueden ustedes leer las bases del certamen aquí mismo, y los textos propuestos para este año también por aquí y aquí.

Les adelanto, eso sí, que a partir de este año no se ofertan todas las modalidades lingüísticas en cada convocatoria, sino que se ofertarán de dos en dos. Este año toca alemán e inglés.


Y más importante que todo eso, ¡este año va de poesía! ¿Qué les parece? No me negarán que les estoy dando una oportunidad brutal de lanzarse al mundo de la creatividad y de la imaginación, eh. Una maravilla, oigan.


Eso sí, no me sean malas putas y no se me presenten a la modalidad de ingles, que este año voy a ver si me presento, que el año pasado traduje el texto por el texto, y no por el premio ni nada. Prueba de ello es que nunca lo envié (pa matarme)


Y poco más que contarles, les deseo una buena traducción de poesía germana.


¡Ah bueno! Que se me olvidaba, que a riesgo de caer en la dedicatoria continua de nuestros posts, me hubiera gustado dedicarle este pequeño anuncio a una grande de la traducción y a la sazón amiga de una traductora de éxito amiga mía, Judit. Pero desafortunadamente en este momento no tengo más datos de ella, perdónenme. Sin embargo, Yeyu, te prometo que te dedico otro; eso sí, esta vez en condiciones.

Unidades de traducción verticales


Después de mucho tiempo sin escribir, vengo hablarles de un concepto teórico que me parece muy interesante: la unidad de traducción (UT). Concretamente de la UT desde el punto de vista funcionalista. Se preguntarán «¿y a ésta que le ha picado ahora?». Pues es que estuve leyendo unos artículos de nuestra querida Christiane Nord (en la foto; ¡ah! por cierto, les recomiendo releer los posts que ya le dedicó Roberto cuando estuvo por la UJI de visita) y me entraron ganillas de contarles cosas sobre este tema.


Desde que a los traductores les dio por convertirse en traductólogos se ha dicho mucho sobre la UT y, como siempre, cada uno ha dado su opinión y si les gusta bien y si no pues busquen a otro teórico, que los postulados son diferentes pero igual de válidos.


Según lo propuesto por Vinay y Dalbelnet, dentro de la corriente de la estilística comparada, la UT es el segmento más pequeño de enunciado que puede traducirse. Casi lo mismo opinaba Otto Kode, de la escuela traductológica de Leipzig: la UT es el fragmento más pequeño de texto origen que puede sustituirse por otro equivalente en lengua meta.


Desde el punto de vista de la lingüística, Barchudanow defendía, por allá por 1979, que la UT se puede encontrar en todos los niveles del habla; y Koller (1992), que puede encontrarse tanto en unidades pequeñas —como la terminología, los sintagmas u oraciones— como en el texto completo.


Cuando la lingüística se separó un poco del papel, vio que había algo mayor y apareció la lingüística textual, el enfoque se tornó más pragmático. Neubert, también de la escuela de Leipzig, define la UT como un «entidad pragmático-lingüítica». Reiss y Vermeer afirman que la UT primaria es el texto.


Según el enfoque psicolingüístico de König y Krings, basado en investigaciones de centradas en el traductor, llevadas a cabo con ejercicios del tipo TAP (Think Aloud Protocols), la UT no existe como tal, cada individuo se forma por intuición sus propias unidades según sus capacidades lingüísticas y traductoras. (Por cierto, me declaro fan incondicional de todos aquellos traductólogos y, por extensión, teóricos de cualquier disciplina, que llegan y dicen «lo que estamos investigando no existe» y se quedan tan anchos.)


Dentro del enfoque funcionalista, algunos autores como Newmark proponen que la UT debe ser lo más pequeña posible; otros, como Bassnett o Lefevere, defienden que incluso «la cultura» puede ser unidad de traducción («¿Estamos locos o qué?», digo yo al respecto).


Y entonces llega Nord y nos hace ver que todos los enfoques anteriores consideraban la UT como algo «lineal», un fragmento de texto desde una palabra determinada a otra. Y, en realidad, según la traductóloga alemana, no tiene por qué serlo.


Nord da un vuelta más de tuerca al debate y nos propone la existencia de «unidades verticales». ¿Verticales? ¿Mande? En realidad es muy sencillo: si analizamos el texto en su totalidad podremos encontrar diferentes elementos con funciones comunicativas —referencial, expresiva, apelativa, fática— similares.


Además, en el texto encontraremos por fuerza indicadores de cada función, que pueden estar representados en diferentes niveles del texto: textual —macroestructura—, oracional —indicadores sintácticos—, en el nivel de la palabra —indicadores léxicos—, o incluso en el del morfema —indicadores morfológicos—. Por lo tanto, cada «red» de elementos que comparten una función será un unidad de traducción vertical, sean estos elementos indicadores del tipo que sean.


Nord propone que en proceso de traducción se identifiquen, en primer lugar, los indicadores funcionales relevantes para el texto meta y que, posteriormente, se decida si pueden emplearse tal cual o deben adaptarse, ya que los indicadores funcionales obedecen a convenciones específicas de cada cultura.


Dado que cada función puede señalarse en el texto en diferentes niveles y con indicadores también diferentes, el traductor deberá «intentar respetar» las funciones comunicativas en la proporción en la que aparecen en el texto origen, sin necesidad de traducir cada elemento uno por uno. Lo ideal es identificar las funciones representadas en el TO y reproducirlas en el texto meta con los indicadores funcionales propios de la cultura de la lengua meta. Así mismo, es preferible reducir la cantidad de indicadores funcionales y evitar enunciados extraños para la cultura meta.


Por lo tanto, al intraducibilidad desaparece. Un ejemplo, es el caso de fenómenos textuales como podrían ser los juegos de palabras, que podrían traducirse sin problemas por otro fenómeno con la misma función comunicativa.


Nord plantea también este enfoque funcionalista en la enseñanza de la traducción, donde propone que se motive a los alumnos para que se centren en las funciones del lenguaje y se consiga, de este modo, lograr naturalidad y funcionalidad.


Pues eso, que si están de acuerdo con Frau Christiane, más fijarse en las funciones comunicativas y menos en si este chiste lo traduzco por otro igual.


martes, 9 de noviembre de 2010

PANACEA: prácticas en la UE

Hola amigos
Hoy no vengo a contarles así nada como muy teórico, porque, como ustedes bien sabrán, de algo tenemos que vivir ¿no? Que yo, o al menos yo, aún no soy capaz de comer palabras, ni tan siquiera las más calóricas (chocolate, merendar o bollo) aún...
Se han convocado prácticas de traducción en la UE. Si no se lo creen, miren aquí.
Los requisitos son los que siguen:
  • ser nacional de un Estado miembro de la UE o de un país candidato (Croacia, la Ex República Yugoslava de Macedonia o Turquía)
  • haber cumplido 18 años en la fecha de comienzo de las prácticas;
  • no haber disfrutado de ningún otro periodo de prácticas remunerado, ni haber desempeñado un trabajo remunerado durante más de cuatro semanas consecutivas, en una institución europea o en un grupo político o en el gabinete de un diputado al Parlamento Europeo;
  • haber finalizado, antes de la fecha límite de presentación de las solicitudes, estudios universitarios de una duración mínima de tres años avalados por un título;
  • tener un perfecto conocimiento de una de las lenguas oficiales de la Unión Europea o de la lengua oficial de un país candidato a la adhesión y un conocimiento profundo de otras dos lenguas oficiales de la Unión Europea.

Son sólo tres meses, pero menos da una piedra, ¿no? Pues eso, a trabajar en instituciones todo er mundo.

Y como me gusta que se lo pasen bien, pues de paso les dejo un vídeo, pa que lo disfruten, pa que se enamoren. El vídeo se lo dedico a Lena, traductora en ciernes por la universidad Jaume I, gran artista y mejor persona:


viernes, 5 de noviembre de 2010

EMERGENCIA: La RAE se vuelve loca



Buenas tardes. Les escribe el comité de crisis de re-belle en el que, por desgracia, su co-autora está ausente. Les prometo que la he llamado, pero debe de estar educando a la juventud inglesa. Les advierto desde ya que éste es un post no neutro (bueno, en realidad nunca lo son), les advierto que el contenido del mismo no es políticamente correcto, es subjetivo, rápido y basado en mi criterio personal. Señoras, señores, pretendo darles mi opinión al respecto sin darles lecciones de moral y mucho menos de lingüística. En algunas cosas estarán de acuerdo; en otras, no. A mí, francamente, me da igual.

Para los que esto de la reforma les venga de nuevo, les comento que la RAE ha buscado el consenso panhispánico entre las Academias de la Lengua Española de todo el mundo. Este miércoles pasado, en San Millán de la Cogolla (la Rioja) se aprobó el texto básico de la nueva Ortografía de la lengua española. Ya sólo falta su ratificación definitiva el 28 de este mes en la Feria del Libro de Guadalajara (México) durante el pleno de las 22 academias.


Los cambios más destacados son los que siguen:


-Nombres de las letras. Algunas letras cambian de nombre:


    • La Y pasa a llamarse “ye”


    • La I se llamará “i”, y no “i latina”


    • la B pasa a llamarse “be”, y no “be alta”


    • la V se llama “uve”, y no “be baja”

El único cambio que me afecta a mí como hispanohablante es el de la y griega, porque aquí por España siempre hemos llamado "be" a la b y "uve" a la v. ¿Me molesta? Sí, y mucho. Me pregunto por la necesidad de unificar criterios. ¿Hay algún problema en que llamemos de formas diferentes a la misma? ¿Quiere decir que a partir de ahora los mejicanos llamarán melocotón al durazno? Lo digo por unificar... Y lo mismo con miles de palabras que usamos aquí y no allá, o viceversa. Sin ir más lejos una alumna de origen mejicano me ha dejado muerto hoy en clase al referirse a la ducha como “regadera”. Ahí queda eso. Y yo no la he corregido, ¿por qué iba a hacerlo? Que ella hable como quiera, y por esa misma razón quiero seguir llamándole a mi Y, i griega. Y punto pelota.

- Ex presidente/expresidente

A partir de este momento el ex se nos junta a la palabra, señores; salvo cuando la palabra sea doble, como ex primer ministro. Esto me parece un despropósito y por mucho que lo intento no entiendo el porqué del cambio. No veo la motivación, no veo cómo la lengua mejora con eso. En refinitiva, no lo veo. Y no pienso respetarlo.


-La Ch y la Ll no son letras

Bueno, ¿y cuándo lo han sido? Para mí siempre han sido dígrafos... No sé.


-Sólo/solo y este/éste


Desaparecen los acentos con un claro afán de clarificar. Pollas. Así de claro. Desaparecen los acentos porque en vez de invertir en educación, en vez de enseñar a nuestros niños a leer y a escribir, preferimos rebajar la lengua a las necesidades de la población. Y que venga alguien y me diga lo contrario, que es mentira. Dejar en manos del contexto el saber qué narices es un “solo” que aparece en una frase es empobrecer la lengua, y punto. Miren la frase: ¡Estuve en casa solo! Y ahora díganme a qué me refiero, si estuve sin nadie más o si no me moví de casa en toda la tarde.


-Guion/guión, truhán/truhan


Con esto tuve un rifirrafe en mis primeros cursos de carrera, y tampoco me viene de nuevas. La verdad es que yo para estas cosas soy bastante conservador y me gusta escribir acento en las palabras, pero si les soy sincero entiendo el planteamiento de la RAE: esas palabras son monosílabas, y por lo tanto no deberían acentuarse. Y se lo digo yo, que hago una clara diferenciación en la pronunciación de las anteriormente conocidas dos sílabas de guión, ups, de guion.


-4 o 5/4 ó 5


¿Desaparece el acento? Me parece genial que desaparezca cuando escribimos a ordenador, porque no hay forma posible de confundir la o con un cero, pero ¿a mano? WHAT.


-Lo de la C y la K y la Q


Si me lo preguntan... ganas de tocar los cojones. Y punto.


Visto lo visto, y leído lo leído, no voy a ponerme a lanzar bombas incendiarias contra la RAE; bueno, no voy a lanzar más bombas incendiarias de las que lanzo habitualmente. No me gusta la RAE y no me gustan ni sus propuestas de unificación con otros españoles del mundo ni sus ideas de bombero referidas a aceptar nuevos términos idiotas como oenegé.


Por esas mismas razones yo utilizo el DRAE como un diccionario de uso, como el María Moliner o el Martínez Seco. Ni de lejos un diccionario normativo. Y si se dan cuenta en este post no he utilizado sus nuevas reglas. Ya lo dijo en su día Fernando Fernán Gómez.


Espero sus comentarios.



jueves, 4 de noviembre de 2010

Los corpus son el nuevo negro


Pues si, como lo oyen. Para esta temporada se llevan los corpus en traducción, así que vayan haciendo hueco en sus discos duros que se lo estoy avisando desde ya. Y esto no lo digo yo, que lo sepan, que si no miren a ver que seguro que encuentran, que hasta Peter tiene un corpus de lo que sea.

Si les soy sincero, yo no tengo ni idea de informática y demás. Que quieren que les diga, será que soy vintage y paso de estas cosas; así que me permitirán que les hable, en boca de la doctora Baker, del porqué de esta moda. Resulta que, y tiene toda la razón, hasta este momento se publicaban estudios de todo tipo en los que difícilmente podíamos refutar nada (vaya usted a leerse toda la literatura al respecto –en el/los idioma/s que sean-, todas las fuentes, repase el estudio, encuentre fallos y luego vaya y se lo cuenta al investigador en cuestión). Pero con esto de los corpus todo es transparente y directo y si Peter dice que ha encontrado un patrón concreto en los procedimientos de cohesión lingüística en la traducción de textos de mecánica del ruso al serbocroata, pues en un momento puedo comprobar lo que dice y o bien quitarme el sombrero o tirarle el estudio a la cara. Fácil y sencillo, y si no queda satisfecho le devuelven el dinero.

Y es que claro, a través de corpus podemos estudiar un montón de cosas:

-El estilo de un traductor, por ejemplo

-Los deslizamientos/shifts que se observan en el texto de partida y de llegada

-Estudios históricos (patrones y la evolución de los mismos durante el siglo XX)

-Estudios forenses que determinen si una traducción es plagio de otra o no

-O el estudio y comparación de originales y traducciones y ver si es cierto que podemos distinguir cuál es cuál, por ejemplo

Respecto a este último punto, al analizar originales y traducciones entre el TEC y el BNC, miren ustedes qué datos más curiosos salen sobre cómo se traduce el reported speech hacia el inglés y qué hacen los autores originales en su día a día:


REPORTED SPEECH

WITH “SAID”

Translational English Corpus

British National Corpus

THAT

46.5 %

19.2 %

ZERO

53.5%

80.8%


Como pueden observar, los traductores hacia el ingles gustan de utilizar ese THAT tan voluntario (un 46.5%, para ser exacto), yendo a contracorriente de lo que los nativos de lengua inglesa hacen con su lengua, en el que solo el 19.2% de los casos optan por utilizarlo.

Podríamos discutir a muerte las razones de por qué esto sucede, que si al ser una actividad más formal los traductores deciden incluir el THAT, que si es que tenemos una voluntad intrínseca de clarificar las cosas y con el THAT queda más claro, que si cobramos por palabra y que al usar el THAT estamos sacando más dinero… Busquen ustedes la que más les guste.

La cosa es que los corpus son bien, y éste del que les hablaba, el Translational English Corpus, tiene ya unas diez millones de palabras traducidas al inglés y accesibles a las gentes de Dios.

Desde aquí les animo a crear sus propios corpus y estudiar cosas. Quién sabe, ustedes podrían ser la nueva Sara Laviosa.


IPCITI 2010




Queridas, queridos, gentes del buen comer, tengo que decirles que esta semana pasada estuve en un lugar en el que la hierba es más verde, un lugar templado, húmedo y salvaje, en el que algo debe de haber en sus aguas, se lo aseguro, porque de otras, no lo entiendo. (Una vez más, si no captan la intertextualidad no sigan, gracias).

En refinitiva, que estuve en el IPCITI 2010 (de ahora en adelante, piticli 2010). El Piticli es un congreso que se organiza desde hace seis años para gentes que se aburren, y en medio de sus doctorados, deciden hacer ponencias y presentaciones. Lo organizan la Universidad de Edinburgo, la Dublin City University, la Heriot-Watt University y la Universidad de Manchester, y gracias a sus esfuerzos en conjunto se brinda la oportunidad a jóvenes investigadores de compartir y hacer público el objeto de sus investigaciones entre compañeros de profesión. Además, el Piticli sirve para rellenar agenda y crear contactos, no se vayan a engañar.


Y dicho esto, les diré que me lo he pasado pipa en el Piticli 2010, y creo que no es arriesgar si digo que Marta también. Y Cris, de la que ya les he hablado otras veces, pues tres cuartos de lo mismo. Porque, ¿qué quieren que les diga? Uno no conoce todos los días a la doctora Baker, eh, que a mi casi me da un vahído, ni cena con jóvenes promesas de la traducción que investigan sobre el concepto de Grecia a través de la traducción de la literatura griega durante su dictadura, o sobre traducción audiovisual, censura y franquismo (y no se crean, que la moza pertenecía a una universidad noruega), o sobre las mujeres traductoras del Corán, o sobre la traducción de la publicidad...


Pues eso, que me parece que durante estas próximas semanas les bombardearemos con posts sobre el congreso y los temas que tratamos en el, aunque como avanzadilla les diré ya que la doctora Baker tiene un color de voz así como caoba, con un acento exótico que hipnotiza. Y poco más me queda por decir hoy, además de felicitar desde aquí al equipo organizador, en especial a María, que nos recibió con los brazos abiertos en el Piticli desde el primer momento.


Seguiremos informando.