En refinitiva, que estuve en el IPCITI 2010 (de ahora en adelante, piticli 2010). El Piticli es un congreso que se organiza desde hace seis años para gentes que se aburren, y en medio de sus doctorados, deciden hacer ponencias y presentaciones. Lo organizan la Universidad de Edinburgo, la Dublin City University, la Heriot-Watt University y la Universidad de Manchester, y gracias a sus esfuerzos en conjunto se brinda la oportunidad a jóvenes investigadores de compartir y hacer público el objeto de sus investigaciones entre compañeros de profesión. Además, el Piticli sirve para rellenar agenda y crear contactos, no se vayan a engañar.
Y dicho esto, les diré que me lo he pasado pipa en el Piticli 2010, y creo que no es arriesgar si digo que Marta también. Y Cris, de la que ya les he hablado otras veces, pues tres cuartos de lo mismo. Porque, ¿qué quieren que les diga? Uno no conoce todos los días a la doctora Baker, eh, que a mi casi me da un vahído, ni cena con jóvenes promesas de la traducción que investigan sobre el concepto de Grecia a través de la traducción de la literatura griega durante su dictadura, o sobre traducción audiovisual, censura y franquismo (y no se crean, que la moza pertenecía a una universidad noruega), o sobre las mujeres traductoras del Corán, o sobre la traducción de la publicidad...
Pues eso, que me parece que durante estas próximas semanas les bombardearemos con posts sobre el congreso y los temas que tratamos en el, aunque como avanzadilla les diré ya que la doctora Baker tiene un color de voz así como caoba, con un acento exótico que hipnotiza. Y poco más me queda por decir hoy, además de felicitar desde aquí al equipo organizador, en especial a María, que nos recibió con los brazos abiertos en el Piticli desde el primer momento.
Seguiremos informando.
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