viernes, 3 de septiembre de 2010

Danika Seleskovitch, luces y sobras de la reina de la IC (parte 1)


Hola amigos. Hoy vengo a retomar una sección de mi blog antaño olvidada: los grandes de la traducción. Y es que mi anterior post sobre el artículo de Oster me ha llevado a investigar una mijita sobre la intérprete y traductóloga Danika Seleskovitch. Les advierto de que va a ser un viaje apasionante a través de la vida de una mujer clave, pero en la sombra, en la historia del siglo pasado; una vida plagada de triunfos profesionales y académicos pero salpicada y marcada por las raíces de su pasaporte. Ya les cuento.

Fíjense ustedes que yo recuerdo a María Calzada, profesora también en la Jaume I, hablarnos de Seleskovitch en alguna clase en primero o segundo de carrera. Calzada la admira profundamente, créanme, y por ende yo siempre le he tenido como una simpatía espacial, o sideral, o llámenla como quieran. De hecho existe el premio Danika Seleksovitch a los mejores estudios sobre interpretación y, sorpresa, la última galardonada no ha sido otra que Miriam Schlesinger, una de las ponentes en el Simposio de Interpretación que organizó la Jaume I a principios del curso pasado.


Y es que si Seleskovitch no fue la primera en hacer una tesis sobre interpretación de conferencias, su tesis sobre la toma de notas en consecutiva basada en un corpus obtenido en situaciones reales fue más que pionera en el campo y conllevó el desarrollo de su propia teoría interpretativa en traducción.


Efectivamente, a Seleskovitch, además de su labor como intérprete y traductora, se le debe su enorme contribución a la profesión por su labor investigadora y el desarrollo de una teoría de la interpretación a la que dediaremos un post a parte, pero vamos, para que se hagan una idea, vayan teniendo en mente que el rasgo esencial de su modelo se centra en la fase de comprensión. El intérprete identifica el sentido de lo que dice el orador y lo reformula, así de sencillo. El amor de todo esto viene cuando nos dice Seleskovitch que reconocer el significado del discurso no es un acto verbal porque el sentido es independiente a las palabras. Con lo cual, una vez el intérprete conoce el sentido, las palabras en LM vienen a la mente de forma automática, como lo harían si estuviera hablando su lengua como orador.


En verdad a mí lo que me mola es que su modelo desdeña al propio vehículo, a la palabra, en favor de la noción del sentido, pero es que a Seleskovitch la lingüística siempre se la trajo un poco al pairo. Y eso es de agradecer.


Por si se lo preguntan, Seleskovitch nació en París allá por 1921, aunque su infancia la pasó a caballo entre Francia, Yugoslavia y Alemania (noten que lo de a caballo es sólo una expresión, que por aquel entonces ya había coches, oigan). Estudió idiomas en París después de la II Guerra Mundial (concretamente inglés y alemán) y en 1950 cruzó el charco para trabajar como traductora e intérprete para los planes Marshall, ahí queda eso. Después, en 1953, volvió a Europa para traducir toda la creación de la CECA, en la que estuvo trabajando hasta 1957 cuando entró ya como docente en la famosísima ESIT (Ecole Supérieure d'Interprètes et de Traducteurs) en París.


Allí conoció a Lederer, pero esa ya es otra historia.


En 1982 se convirtió en directora del ESIT. Por aquel entonces ya era megafamosa y se la invitaba a dar conferencias por todo el mundo. Se retiró por fin en 1990 pero continuó apoyando a sus alumnos y dando seminarios aquí y allá hasta su muerte.


Qué increíble, ¿verdad? Pues es cierto.


Como he leído por ahí: Conference interpretation would not be where it is today without Danica Seleskovitch.


Y nada, yo les dejo ya por hoy. Estén al tanto de mis próximas actualizaciones, porque no todo fueron luces en vida de esta intérprete (y van a flipar).


Les quiero, y recuerden que las mujeres gordas nunca son protagonistas, sino simples secundarias. Y si no miren a Teté Delgado (Oh the irony!)

P.S.: La anterior frase puede aplicarse a los hombres también, que luego las feminazis se me alborotan. No tiene nada que ver con el post en sí, así que no le den más vueltas. El sobrepeso no es gracioso y contribuye a enfermedades cardiovasculares de todo tipo. Si tiene usted sobrepeso mayor al grado 2 deje de leer este blog en este mismo momento. La cocaína tampoco es buena para su salud, pero eso ya se lo comento otro día.

4 comentarios:

Mireia dijo...

FAT HATER.

Marta dijo...

no entiendo el por qué del comentario de gordas... ilumíname, oh, Roberto!!!

Rob* dijo...

Desde luego la frase

No tiene nada que ver con el post en sí, así que no le den más vueltas

no hizo mella en ti

xxx

Anónimo dijo...

Excelente artículo, y lo digo como alumno espiritual de la buena señora.

Me diplomé en ESIT en 2009, y confirmo que, en aquellas tardes en las que se nos hacía de noche practicando consecutiva, a veces se nos aparecía el espíritu de la Seleskovitch.

Era inconfundible con sus cabellos rojos.
Además, nos protegía de otros espíritus, mas antiguos que ella, que también habitan el edificio de ESIT: Espíritus de antiguos generales. Y esque el edificio donde hoy esta ESIT fue, antaño, el cuartel general de la OTAN.

Con decir que hay una sala de interpretación que llamamos "La sala iraquí" porque el material lo pagó Iraq, cuando estaba "entre los buenos"...

Otra cosa: Me han dicho que Danica era fea. xD