lunes, 17 de mayo de 2010

Nakama, vas a flipar, tengo un keikaku que lo flipas!

Abstract: Fansubs have become cliquey Japanese language lessons, produced by a small group of people who apparently don't want anyone new to get into anime unless they too think that Japanese language is an omnipotent thing passed down on golden plates by God himself.

Queridas amigas, hoy he tenido un día de lo más productivo. Y es que además de ver a Ana Rosa Quintana decir de la Pantoja que estaba “insultante de alegría” en un día tan especial como hoy, he visitado el blog de Pablo Muñoz y me he encontrado con un documental sobre los fansubs que no tiene desperdicio, oigan. Aprovecho y les recomiendo el blog, aunque muchos de ustedes ya lo tienen como blog de cabecera.

El documental no nos dice nada nuevo, no nos engañemos, pero les prometo que la forma de contar las cosas me ha recordado mucho a esa frivolidad traductológica que tanto me gusta, y es que con frases del tipo:

(…) Distorting the message to fit his own intellectual and emotional outlook (Nida 1964) (…)

nos encontramos perlas como:

(…) There are many names for this behaviour:

-hypocresy

-selective bullshit (…)

VIVA

La cosa es que los fansubs empezaron imitando las traducciones profesionales, intentando ser lo más invisibles posible para que la atención estuviera únicamente en el anime, y no en nada más. Porque seamos sinceros, cualquier otro tipo de subtítulo, cualquier fuente o efecto extraño lo único que hace es molestar y hacer que el espectador meta no pueda tener la misma experiencia que el espectador origen. ¿O no?

Y aun así, los subtituladores ad hoc no pueden evitar exponer sus dilatados conocimientos de la cultura japonesa (inserte comentario peyorativo aquí) y bombardean con notas, referencias y efectos del subtitulado que matan al espectador lego.

Eso sí, con sus propias normas traductoras con puntos primordiales del tipo:

-Dejaremos en japonés los nombres de ataques y demás. (vale)

-Dejaremos en japonés los tratamientos de cortesía y sumisión (¿vale?)

-Dejaremos en japonés aquellas palabras y expresiones con valor emocional (tanto de la cultura origen como del propio traductor) básico e intrínseco a la historia o a las emociones del traductor (WHAT?)

Sí, señores, como lo oyen, que si al traductor la palabra “perro” le parece emocionalmente importante, pues la dejará en japonés y a la marcha. O si nakama, amigo en japonés, tiene un no-sé-qué que me enamora, pues señores, dejémoslo en japonés y si acaso ya ponemos una nota y lo explicamos ¿no?

Les dejo con el documental, que es muy muy bueno. Se lo prometo.

Ikinari hanada de kore wa nai!





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