miércoles, 12 de mayo de 2010

Y desde el derecho te digo: me ponen


Señores, el martes de esta misma semana hice la primera ponencia de mi vida investigadora. Como lo oyen. La cosa es que eran las XV Jornades de Foment de la Investigació y mi adorable amiga Marta y yo pudimos hacer la comunicación de clausura. Toda una experiencia, oigan.

Y encima apoyados por la doctora Borja, la imagen en el espejo de cualquier traductor wannabe que se precie. De hecho el proyecto que presentamos lo dirige ella misma: qué estilo, qué savoir-faire, qué todo. Y qué ganas de trabajar que le da a uno cuando te motiva y te sonríe. No saben lo que se pierden si no la conocen.

El proyecto tiene un nombre tan sexy y tan disuasorio como éste: Formalización de patrones de comportamiento textual para la gestión de la documentación multilingüe.

De lo que se trata, así para que me entiendan si necesidad de explicarles mi futura tesis, es de aplicar las conclusiones y los resultados de la investigación de los últimos diez años del grupo Gentt, del que ya les he hablado en otras ocasiones de nuestra vida en común (sin sexo, mal que me pese. Y disculpen este comentario, que es que últimamente voy to Hornymans).

El proyecto parte del análisis de necesidades de los traductores judiciales en servicios públicos y propone toda una serie de cambios que mejores la situación socioprofesional y laboral de los mismos.

La cosa es que los traductores judiciales en plantilla han tenido que lidiar hasta hace poco con situaciones infrahumanas. Y no les exagero, oigan. Que no les dejaban usar internet para trabajar (osea que despídanse de CAT o de nada que se les parezca).

Y Anabel, adalid de las causas nobles, no puede soportar la situación y decide romper con lo humano y lo divino y propone entrar con nuestro proyecto de investigación-acción que se centra en dos vertientes:

Vertiente socioprofesional, y es que el proyecto pretende potenciar la creación de una comunidad cohesionada de traductores judiciales en los servicios públicos que presente un carácter de unidad ente sí mismos y ante la sociedad. Porque díganme ustedes qué vamos a hacer nosotros si en cada autonomía las vías de acceso a la profesión son diferentes y el estatus de funcionario cambia de forma aleatoria. Viva.

Y ustedes dirán ¿y cómo van a conseguir eso, ah? Pues para empezar les diré que no me hagan tales preguntas con tal acritud, que yo soy tobuencha para con ustedes. Y para continuar les diré que Marta y yo vamos a empezar a crear un censo de traductores judiciales en servicios públicos en todo el país. Ahí queda eso.

Vertiente tecnológica, y es que pretendemos crear una herramienta informática del todo intuitiva que automatice la actividad traductora tanto como sea posible. La cosa es que la traducción jurídica tiene textos bien complejos, eso no es nuevo para ustedes, pero esos mismos textos son muy similares los unos con los otros, así que señores nos proponemos crear una herramienta informática que compagine memorias de traducción, un corpus de textos reales y sus traducciones, plantillas de los géneros más traducidos y la contextualización de los mismos (sobre todo para traductores noveles). Y todo con lo que se pueda analizar fraseología, terminología y todo lo que acabe en -gía que se les pueda ocurrir.

Este veranito yo mismo me encargaré de compilar el corpus en la combinación inglés-español en Benidorm. Ya les cuento.

Les dejo con una foto de Anabel. No le hace justicia, se lo prometo, pero es lo único que hay por internet...

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