Les hablaba el otro día del libro Re-belle et Infidèle y su relación con mi blog. Bien, si han leído la breve introducción del libro que les planteaba se habrán dado cuenta de que, a priori, mi blog y el Re-belle de verdad no tienen absolutamente nada que ver.
Y para que vean que no me callo ni debajo del agua, y si les molesta les pido mil perdones, hoy les deleitaré con mis meditaciones respecto a lo que mencionábamos el otro día.
Veamos.
Miren ustedes, a mí que cada uno escriba como le salga de las narices no me molesta. Lo contrario. Como sabrán yo soy un neologista nato que ha dado a luz a palabros básicos de nuestra lengua como conductriz. Y a mí nadie me lo reconoce.
¿Que a la menestra de Igualdad le apetece dar una patada al diccionario con los miembros y las miembras? Pues epatado me hallo, pero no más epatado que cuando Cortázar cambia de narrador sin avisar ni al Tato o cuando de repente cojo un libro que empieza con minúscula. ¿Qué pasa? ¿Que si lo hacen los grandes novelistas son muestras de genialidad y de estilo personal y si lo hace la menestra es reprobable?
Pues no lo capto.
(Mención aparte el hecho de si la menestra es reprobable en sí o no lo es.)
Que las seguidoras de Re-belle, cuando escriben, incluyen strategies such as avoiding pejorative words designating women, encoding new meanings in existing words ad coining new ones, pues muy bien, es su elección. Algunas de sus formas nuevas tendrán calado en la sociedad y otras tantas morirán en el olvido. Como todo en esta vida, veas tú qué problema.
El problema viene cuando confundimos libertad y libertinaje y decidimos darle tijeretazo, corte y confección al libro de otro. Eso sí que no, oigan. Que una cosa es no querer depilarse el sobaco, llevar pantalones y decir “buitra” por buitre hembra y otra muy diferente cambiarme mi libro que tanto me ha costado de parir. Al fin y al cabo, nosotras parimos, nosotras decidimos ¿no?. Y que no venga ninguna traductriz-nazi a decirme lo que puedo hacer y lo que no.
(Humilde opinión.)
Como autora, haz lo que te dé la gana y que nadie te levante la voz, que, ya saben ustedes, hoy se van a querer como nadie les ha sabido querer y esas cosas.
Como traductora, sois belle et tais-toi!
Un abrazo
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