Hay errores de traducción que perviven en el tiempo. Haylos que son peligrosos, o que te pueden meter en la cárcel por ellos, y haylos que nos sirven como fuente inagotable de anécdotas.
La cosa es que a finales de febrero estuve en Granada con los estudiantes erasmus de la Jaume I. Inciso: últimamente hablo tanto de la Universitat que estoy por pedirles dinero y que pongan su logo en el blog. Pero bueno. A lo que iba.
Estaba yo en la Cartuja de Granada cuando, de repente, me fijé en una estatua con cuernos. La cosa es que yo no soy mucho de mirar estatuas fijamente, pero entonces recordé algo que leí en algún lugar:
En la primera traducción de la Biblia, el traductor (San Jerónimo, patrón de la profesión) tuvo un pequeño error que ha marcado la historia de todo el arte posterior. Por alguna razón que desconocemos, el traductor confundió unos rasgos afilados con la inquietante presencia de unos cuernos sobre la cabeza de Moisés. El error está en Éxodo 34:29-35. Les cuento.
En el texto, Moisés se caracteriza por tener karan ohr panav ("un rostro del que emanaban rayos de luz"), lo que San Jerónimo tradujo por cornuta esset facies sua ("su rostro era cornudo"). El error en la traducción es posible debido a que la palabra "karan" en hebreo puede significar "rayo" o "cuerno". ¿Qué tal?
La pregunta es: ¿había leído ese traductor algún apócrifo iluminador que hablara sobre la vida privada de la esposa del libertador del pueblo de Abraham en Egipto y nos lo quiso dar a entender a través de su texto? ¿Hay una conspiración a lo Robert Langdon en El Código Da Vinci?
Pues no.
Todo se debió a una competencia lingüística deficiente y a una ausencia total de revisión del TM, porque digo yo que si estoy describiendo a alguien y de repente leo que tiene cuernos, o vuelvo a leer el TO o lo interpreto como una metáfora y traduzco al respecto.
Señores, ésa es la razón por la que Europa está plagada de estatuas de un señor con cuernos; porque, díganme, a ver quién era el listo que no seguía la Biblia al pie de la letra para hacer una estatua.
Como dice Marta Renau (encore):
"Si el texto dice puta, tú pones puta; y si la Biblia dice cuernos, pues esculpes cuernos, y punto."
Piensen en mí la próxima vez que vean una estatua con cuernos.
Suyo afectísimo
1 comentario:
Aquí tu fiel seguidora :)
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