miércoles, 3 de septiembre de 2008

Nociones de análisis: Equivalencia I

Si hay una palabra que se repite cientos de veces en cualquier manual de traducción, ésa es "equivalencia". La equivalencia en traducción, pilar de estudio por parte de traductólogos que durante décadas han estado exprimiéndose los sesos para definir qué narices es la equivalencia y descrifrar unos parámetros que la caractericen es, a día de hoy, otro galimatías de traducción en el que hasta el todo el mundo da su punto de vista y nadie escucha a los demás. Visto lo visto, yo también quiero dar el mío.
Me parece interesante el punto de vista de Snell-Hornby cuando dice que el foco de todos los males radica en la propia palabra equivalencia. Según la autora, equivalencia, equivalence o equivalència tienen un matiz de similitud; algo es equivalente cuando, digamos, nos hace las veces. Vale, de acuerdo. Podemos decir casa y hogar, y la verdad es que sí, los podemos considerar equivalentes.
El problema llega en lenguas como el alemán, en el que Äquivalence tiene un matiz de identidad. En nuestro caso, el hogar y la casa no son estrictamente lo mismo, así que ahí ya no hay equivalencia. Claro está, si entendemos cosas diferentes por la palabrita en cuestión, no nos pondremos de acuerdo ni pa Dios.

Continuará...

1 comentario:

Mireia dijo...

Me encanta cómo pones frases vulgares en cursiva, para acercarte a la plebe. Es muy AEGEE - Valencia, all in all (que se parece, mucho, a LOL). (Digamos opf y arruguemos la nariz).

Bromas aparte, me gusta tu blog. De verdad.